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Los árboles de gran tamaño siempre han fascinado al ser humano. En la antigüedad algunas sociedades veneraron estos seres, considerándolos seres sagrados o monumentos destacados, con arraigo en la cultura de las sociedades que vivieron bajo su amparo.
En la Comunidad Valenciana los árboles monumentales se encuentran protegidos por la ley 4/2006 del Patrimonio Arbóreo Monumental. Esta ley dicta que los árboles recibirán una protección genérica si poseen una edad superior a 350 años, una altura superior a 30 metros, un perímetro de tronco (medido a 1,30 metros de la base) mayor de 6 metros o un diámetro de copa superior a 25 metros. Esta ley además posibilita la declaración como árbol o arboleda singular aquellos cuyas características notables de edad, porte u otros tipos de acontecimientos históricos, culturales, científicos, de recreo o ambientales, que los hagan merecedores de medidas de protección y conservación específica.
En un ambiente tan modificado y árido como el Pantano de Elche resulta increíble que hoy en día todavía se pueda contar con árboles monumentales, singulares e incluso formaciones arbóreas de relevancia, sin embargo, se han contabilizado hasta la presente publicación al menos un árbol que reúne las características precisas para ser nombrado árbol monumental, al menos tres árboles singulares y tres formaciones arbóreas singulares.
Algarrobo del Ferriol.
En 2006 los técnicos del Área Ambiental y Desarrollo Sostenible de la UMH implicados en el seguimiento de flora del proyecto Biodiversidad y Medio Ambiente del Pantano de Elche hallaron un ejemplar de algarrobo Ceratonia siliqua en un cultivo de secano de la partida de El Ferriol. Su longevidad no se pudo determinar con exactitud hasta la fecha, pero se estima que sobrepasa el centenar de años, comparándolo con otros ejemplares de características similares encontrados también en el Campo de Elche.
El carácter determinante para que el ejemplar posea una protección genérica radica del diámetro de tronco, el cual midió 610 cm. Tras un análisis previo, el ejemplar mostró unas condiciones sanitarias desfavorables por lo que se considera de vital importancia tomar las medidas necesarias para su diagnóstico y mejora.
Algarrobo postrado del Ferriol.
El algarrobo del Ferriol es un individuo postrado que se encuentra en la orilla de una pequeña avenida de agua cuya base llega a medir cerca de 9 metros y de la que parten un total de 5 brazos pequeños. Este individuo de longeva edad sufrió podas y cortes de sus brazos por lo que no llegó a generar un único tronco, sino una peana de gran tamaño de la que parten múltiples brazos pequeños.
Carrasca de Carrús
Durante 2019 se encontró un ejemplar de aproximadamente 13 metros de altura y 300 centímetros de diámetro de carrasca Quercus rotundifolia. Este ejemplar relicto atestigua la vegetación presente en el área de estudio antaño, cuando el nivel de precipitaciones era mayor. El ejemplar se encontraba en un estado sanitario muy favorable, habiéndose observado bellotas de la especie en el suelo y plántulas (o plantas jóvenes) procedentes de la germinación de las mismas.
Coscoja de la ladera del Ferriol.
Esta coscoja Quercus coccifera es un ejemplar de gran porte, llegando a ocupar una gran superficie por el elevado número de ramas, a modo de brazos, que presenta. Posee un brazo principal de muy baja altura, pero de cerca de un metro de diámetro. A pesar de su aspecto arbustivo, este ejemplar es único en todo el conjunto del Pantano de Elche y sierras aledaña.
Lentiscos singulares de los montes de Elche.
A pesar de ser una especie arbustiva, algunos lentiscos poseen un porte arbóreo debido a un excepcional crecimiento a lo largo de más de 100 años. Estos supervivientes de los continuados carboneos, sobrepastoreos y del saqueo de leña producido en los montes en la antigüedad son ejemplares de incalculable valor debido a la escasez de ejemplares con aspecto arbóreo de la especie.
Lentiscos del Barranco del Grifo.
Lentisco del puntal del búho.
Taraje de la base de la presa del Pantano de Elche
Se trata de una formación arbórea natural, compuesta por tarays comunes Tamarix canariensis y tarays alicantinos Tamarix boveana. A lo largo de todo el recorrido se pueden observar grandes individuos de ambas especies con troncos que llegan a sobrepasar los dos metros de diámetro y que superan los cinco metros de altura, luchando por captar la mayor proporción de luz en sus delgadas ramas.
Chopos Ilicitanos de la Acequia Mayor del Pantano
Los chopos ilicitanos de la Acequia Mayor del Pantano de Elche se encuentran en el Paraje de l’Aigua Dolça i Salà, en la margen de la Acequia Mayor, cuya función principal es asentar los márgenes para que no se produzca erosión. Se trata de una plantación de origen antrópico de Populus euphratica, un árbol caduco de origen asiático, originario del Valle del río Éufrates cuya procedencia, entre diferentes hipótesis, se baraja que pudieran haber sido introducidos por los musulmanes hace cientos de años.
Esta especie posee sus únicas poblaciones europeas en el Pantano de Elche y en Abanilla (Murcia). Se trata de una especie que muestra una gran tolerancia ante suelos con una alta salinidad y pocos nutrientes, lo que le hace una especie de gran resistencia en la región mediterránea. Se encuentra catalogada como Comunidad Vegetal Protegida por la normativa del municipio de Elche, sin embargo, su estado sanitario actual es muy desfavorable.
Desde el proyecto Biodiversidad y Medio Ambiente del Pantano de Elche se realizaron conteos de la especie en la población ilicitana de Populus euphratica durante la primavera de 2018, contabilizando menos de 280 ejemplares, frente a los 303 ejemplares que se censaron en 1986. Se trata de una disminución preocupante debido a que todos los ejemplares introducidos son hembras y, por lo tanto, no pueden reproducirse de manera sexual, con la consiguiente disminución de la variabilidad genética y el peligro a sufrir enfermedades o carencias en general.